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La tasa de homicidios en el Perú

Publicado: 2012-08-13

La seguridad ciudadana es vista por casi todos en el Perú como un problema grave que urge una solución.

Esta percepción es fomentada por los medios, desde los amarillos hasta los más serios, y políticos de casi todo el espectro ideológico, desde los populistas hasta los más responsables.

Muchas veces justifican recetas draconianas – como le pena de muerte abogado por los fujimoristas – en casos anecdóticos en lugar de estadísticas concretas. ¿Tienen razón cuando dicen que la seguridad ciudadana es entre los retos más importantes que el Perú enfrenta?

Mirando uno de los indicadores delincuenciales más emblemáticas, la tasa de homicidios, la respuesta es un ‘no’ contundente, pues el Perú se ubica entre los tres países más seguros de América Latina.

El año pasado, para la primera vez, el ONU público un informe comparativo de las tasas de homicidio país por país. Las cifras, que se ven en la tabla que empiece en la página 92, representan una sorpresa grata para los peruanos – menos que seas un periodista sensacionalista o politiquero en búsqueda de votos fáciles.

Según el ONU, el Perú tenía una tasa de 5.2 homicidios al año por 100,000 habitantes. En toda América Latina, solamente Chile con 3.7 y Cuba con 4.6 tenían tasas más bajas.

Para ponerlo en perspectiva, la tasa de México era 18.1, la de Brasil 22.7 y Venezuela, donde la espantosa falta de seguridad es uno de los pocos temas de lo cual el verboso Presidente Chávez evita hablar, es 49.0. El país más asesino del mundo, a propósito, era Honduras, con una tasa aterrador de 82.1.

Por lo tanto, la cifra del Perú lo ubica más cerca a Europa del Oeste, una de las regiones más seguras del planeta, donde las tasas corrían desde 0.5 en Austria hasta 10.5 en Groenlandia. La mayoría de países en la Unión Europea se ubicaban alrededor del uno o dos homicidios por 100,000 habitantes al año.

Por supuesto, el homicidio es solamente uno entre los varios crímenes violentos que hay que tomar en cuenta, desde la violación sexual hasta el robo a mano armado. Y nadie quiere negar que si hay bolsillos de alta violencia en el Perú, desde Breña hasta el VRAE.

Tampoco debemos ignorar los crímenes reales e espeluznantes que si ocurren. Como padre de un hijo pequeño, el caso que a mí más me sigue conmoviendo es lo de Romina Cornejo, la chiquita baleada por marcas, que la dejaron cuadripléjica.

Por otro lado, también hay que reconocer que la tasa de homicidios en el Perú es casi igual con lo de los Estados Unidos, el país industrializado con más asesinos per cápita, una situación impulsado por la cultura de libre acceso a armas de fuego de este país amparado en su constitución.

Sin embargo, la realidad es que basado en este indicador clave, el Perú si debe de ser la envidia de casi todos sus pares latinoamericanos.

Y cuando los peruanos debaten el tema de la delincuencia y las políticas públicas necesarias para enfrentar la inseguridad, no podemos ignorar esta verdad fundamental.


Escrito por

Simeon Tegel

Periodista inglés radicado en Lima. Escribe sobre cualquier tema pero se especializa en el medioambiente y aventura. Cubre el Perú y toda América Latina para el periódico británico The Independent y el sitio web estadounidense Global Post. Sus artículos en cas


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